Aflójala con un tenedor y sumérgela en un barreño con agua o en el fregadero. La inmersión debe durar hasta que dejen de formarse burbujas. Escurre el agua sobrante y pulveriza las hojas.
martes, 5 de febrero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario